
Palabras que agreden
y llegan tan a fondo
como un puñal...
No hagas de mi vida
una herida.
Qué tormento, qué ironía!
no me amarres a tu ira...
El perdón, ya no tiene cabida.
Palabras que tienen dueño,
que sembraron llagas
que aniquilan,
y dejan huellas camufladas
de sabor amargo y resentidas.
Por si te olvidas...
No soy ideal, ni arrebato
de nadie...
pues ahí, tienes tu vida,
valora la mía...
déjame respirar...!
Carla Erica Allione