
La acompañó la esperanza
en una pena enamorada;
era en un tiempo viejo
donde se imaginaba un regreso.
El reloj borro la espera
y una astilla clavó su corazón.
No hay herida que lastime
sin dolor...
Ya los sueños cesaron
ya el recuerdo dejo su fragancia,
y hoy camina esbelta
recogiendo amores nuevos,
como lanzada al viento
se deja llevar sin miedos...
Despierta mujer
no sea, que otra vez
llores de pena...
Carla Erica Allione